29 oct 2010

Realismo Visceral.




Realismo Visceral.

Sublime, frívola, cruda, terrorífica, pero bella. Son algunas de las palabras que pueden describir la obra de Arturo Rivera, maestro mexicano de la pintura contemporánea. Sin duda alguna sus dibujos y óleos son ejecutados de una manera magistral y perfecta, retratando una realidad intensa, hombres, animales y creaturas frívolas y terroríficas y a pesar de esto expresan una belleza inmensurable, casi inexplicable, una “belleza de lo terrible”.

Una obra totalmente llena de mitos, rica en significados y símbolos diversos. Personajes imaginarios y realizados. Colores y tonalidades suaves pero que expresan situaciones totalmente intensas y llenas de vida y movimiento. Una experiencia estética que altera totalmente tus sentidos, cambiándolos radicalmente de estados y confundiéndolos, pues al ver sus obras confunde tu mente, cuestionándola entorno a si es bella y sublime.

Para ser sinceros, yo no conocía nada de este artista, pero al adéntrame en su obra, descubrí que es uno de los artistas, si no es que el único, de nuestra época que tiene algo que decir. Que expresa su vida y su forma de ver la misma. Que te adentra en su mundo interno, lleno de irreverencia, totalmente “enfermo”. Pero como el mismo Arturo Rivera dijo en una entrevista: “…la realidad es una, pero todos tenemos diferentes realidades". A fin de cuentas eso es su obra, la expresión de su realidad, de su forma de vivir, de su vida. Lo terrible.


Ver sus obras es como viajar en el tiempo, pero sin estar en él, ni pasado, ni presente, ni futuro. Perderse en la mente de un creador de belleza alucinante, retorcida y terrorífica. Que al salir de ese “mundo”, no te queda más que un retumbar en tu mente, y logras ver por un instante aunque sea por un solo momento, ver la belleza de lo terrorífico, lo alucinante, de la vida de Rivera, su mundo, su realidad visceral.

Andrés Isaac Glez. D.

14 jul 2010

Arcoíris entre nubes grises








Este ambicioso y desarrollado proyecto pretende sugerir nuevos paradigmas para las viviendas en japonés. Su principal propuesta es un espacio público amplio y animado, que unifica los diversos bloques de viviendas y enriquece la calidad de vida. En el período de la posguerra, cuando las ciudades de Japón fueron reconstruidas, la tarea más urgente era la provisión de vivienda básica en cantidades enormes importando más la cantidad en lugar de la calidad de las viviendas construidas, ya que esto era considerado como un índice del éxito de las políticas económicas.

Hoy en día, la vivienda popular en el Japón debe superar el gran reto de la evolución de nuevos tipos de políticas económicas y de planificación que romper con el ciclo de los tristes acontecimientos del pasado. Por otra parte, se deben encontrar formas para crear un espacio urbano capaz de eliminar la monotonía y el aburrimiento de la mayoría de los edificios públicos.

Un grupo formado solo por mujeres, arquitectas y diseñadoras fue invitado a participar en un proyecto, que tiene como finalidad reformar en entorno urbano del Japón. Akiko Takahashi y Kazuyo Sejima de Japón, Christine Hawley de Inglaterra, y Elizabeth Diller de los EE.UU. Cada uno de ellos fue el encargo de diseñar un bloque de apartamentos y la arquitecta y paisajista estadounidense Martha Schwartz invitó a elaborar propuestas para los espacios públicos que los rodean.

Como resultado de su diversa formación cultural, cada uno de los arquitectos propuso algunos tipos de soluciones muy distintas. Elizabeth Diller emplea divisores espacios para delimitar y ampliar el espacio. Christine Hawley sugerio un bloque de apartamentos dúplex que dan la sensación de volumen y la continuidad. Akiko Takahashi explora la forma de un cuadrado dividido. Kazuyo Sejima se basa en una secuencia lineal de habitaciones a lo largo de un corredor.

Ahora bien, el punto de importancia aquí es el espacio exterior y público del proyecto. Schwartz ofrece, en efecto, un quinto edificio, una sala enorme, habitable, al aire libre salpicada de incidentes y diversidad. Este espacio es utilizado por diferentes tipos de espacios, lo que refleja la mezcla social que hay en las viviendas, de familias jóvenes a los ancianos. Antes de su encarnación actual como la vivienda, el sitio fue utilizado para la producción de arroz, su paisaje se caracteriza por una red de campos hundidos, terrazas y diques para contener los arrozales inundados. La figura geométrica de los recintos ofrece una metáfora de la creación de una serie de salas de jardín hundido o enclaves. La columna completa lineal del jardín se levanta por la altura de un piso.

En sí, todo el complejo de los jardines rompe y contrasta totalmente con el espeluznante tono de gris de los edificios a su alrededor para llenar de vida y sentimientos tono el espacio urbano. Es extraño notar, que a pesar de ser un espacio totalmente geométrico, al mismo tiempo te puede generar de una sensación de movilidad. Tal vez pudiese ser por el uso de colores tan brillantes en el Jardín de las Cuatro Estaciones, o las piedras deformes que parecen estar emergiendo del agua en el Jardín de las Piedras. Un lugar mágico, donde pareciera ser que los sueños se pueden realizar, un lugar lleno de esperanza, de tranquilidad, de energía. Es definitivamente una gran obra que permite trasportarte y llevarte lejos de la monotonía de la ciudad. Es como el arcoíris saliendo de las nubes grises.